Joan Brossa en estado puro

Laberint striptease

Laberint striptease
14/05/2019

La obra está basada en el libro “Strip-tease i teatre irregular”. Es un conjunto de 56 acciones teatrales que Brossa escribió en el año 1966. La Compañía “Teatre de Nit” hizo una adaptación del mismo en un montaje escénico: Strip-teases de butxaca, que se representó en la Sala Beckett de Barcelona en febrero de 1992.

No hace un año todavía cuando vimos Estrip-tesi dentro del ciclo Ambrossa’m de Roger Torns. Era un viaje a través del universo Brossa con la intención de defender la cultura y reencontrarnos con esta gran figura que fue Joan Brossa.

En esta ocasión es Laberint Striptease que utiliza un juego de palabras parecido y que nos recuerda que Brossa se desnudaba para decir la verdad y hacer crítica siempre en clave de humor. Su arte y toda su capacidad polifacética fueron dirigidos a la defensa de la cultura a través de su ideología de izquierdas.

Brossa prueba nuevas formas y vías de comunicación poéticas que no son estrictamente lingüísticas como la poesía visual y los poemas objeto. Strip-tease i teatre irregular forma parte de este proceso investigador del autor.

Los espectáculos que hemos citados son muy diferentes pero con un denominador común que se llama “Brossa”. En esta ocasión la dirección está a cargo de Roberto G. Alonso a quien tuvimos la suerte de verlo actuar también como Mc Clown. A él le debemos también la dramaturgia, las coreografías, la concepción del espacio escénico y el vestuario. Su actuación empieza antes del inicio del espectáculo recibiendo a los espectadores de las dos gradas. Empieza el humor de cabaret con su irónico recibimiento. Él es el hilo conductor de todos los números de danza, teatro, acrobacia, transformismo o striptease. Él es quien acaba la obra con la lectura de una carta de Joan Brossa a un crítico en el año 1960 donde demostraba su respeto hacia cualquier tipo de expresión y la necesidad del diálogo para que nazca la verdad.

En esta obra y, siguiendo las recomendaciones de Brossa, el director utiliza cualquier elemento cotidiano y los detalles más banales para crear poesía escénica que demuestra una vez más la admirable capacidad de transformar y, para transformar, es preciso ser crítico y lo es con el capital, la iglesia, los militares o el fútbol.

Jordi Cornudella es el director musical y responsable de los arreglos. Él es clarinetista solista pero su versatilidad como músico lo lleva a tocar otros instrumentos como el acordeón, el saxo o el piano. Integrado totalmente en la obra, demuestra también su faceta de actor.

La cantactriz Elena Martinell también polifacética actua, baila, hace striptease y es capaz de cantar una pieza de gran dificultad lírica como l’aria de Olympia de los cuentos de Hoffmann. La bailarina stripteasista Laura Marsal y el saltimbanqui Davo Marín completan el magnífico conjunto.

No es de extrañar la gran acogida que han tenido por parte del público y la crítica. Estoy segura que lo volveremos a ver.

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