Martin McDonagh escribió la Reina de la bellesa de Leenane con 27 años. Fue representada por primera vez el primero de febrero de 1996 al Town Hall Theatre de Galway, Irlanda. Dos años más tarda pudimos verla en la Villarroel con Vicky Peña, Montse Carulla, Àlex Casanovas y Jacob Torres bajo la dirección de Mario Gas. Yo recordaba el escenario oscuro y el ambiente sórdido. 20 años más tarde se vuelve a representar en Catalunya.
En esta ocasión la dirige con gran acierto Julio Manrique y las actrices Marissa Josa y los actores Ernest Villegas y Enric Auquer, todos con un inmejorable nivel interpretativo.
Com ja nos tiene acostumbrados Martin McDonagh es una obra ambientada en la Irlanda rural. Las dificultades de encontrar trabajo obligan a una gran parte de la juventud a emigrar a Inglaterra o EEUU renunciando a tierra, costumbres, lengua y familia. Las dificultades son tan grandes que la frustración, la desesperación, la impotencia y la incapacidad para resolver los problemas de una familia irlandesa convierte la relación en un mundo cruel y despiadado en el que la convivencia es difícil y la supervivencia se pone en peligro.
La puesta en escena en medio de los espectadores permite crear unos exteriores y un movimiento que no sería posible en un escenario convencional. La utilería es detallada, cuidada y muy real. Incluso en un momento determinado encienden fuego en un hogar que no acaba de tirar y se llena de humo la sala. Si no fuera por el olor que nos quedó en la ropa, este detalle añade a la obra más autenticidad.
A pesar de la distancia en espacio y tiempo, los espectadores pueden encontrar cierta similitud con algún momento de nuestra historia actual o reciente así como con relaciones personales que son eternas.
No hace falta que les desee “mucha mierda” ya que el éxito está asegurado.