Con un texto con más demagogia de la que sería deseable y un argumento que más que empujarnos a la rebeldía invita a la queja constante, La rebel·lia possible presenta unos personajes que se supone que luchan por sus derechos pero que en realidad no son capaces de identificar a los auténticos enemigos.
Con una puesta en escena simple y desnuda y unas interpretaciones correctas, La rebel·lia possible es un espectáculo que puede llegar a caldear el ánimo pero que no aporta soluciones. Una lástima.