Inquietante y perturbadora

Un autor (Sergio Blanco), un actor (Gerardo Otero), una directora (Corina Fiorillo ) y un espacio pequeño para una gran obra de teatro argentino de pequño formato. El título «La ira de Narciso» predispone al espectador a ver alguna versión teatral de la ira de la ninfa (Eco) rechazada por Narciso y su venganza sobre éste haciendo que se enamore de él mismo. Es sólo un tema marginal pero que permite tejer una trama inquietante y perturbadora al mejor estilo de Henry james en «The turn of the screw». Es un relato circular en el que aparecen emociones humanas bien expresadas como la amistad, el sexo, el miedo, la fantasía, la imaginación, la relación familiar, la crueldad o la muerte.
La suite para violoncelo n.1 de JS Bach acompaña las escenas de sexo y enternece una relación sin amor.
Es muy destacable la utilización que hace el actor de los senzillos medios audiovisuales que hacen cambiar con una agilidad asombrosa la escenografía, el sonido y la iluminación.
La relación actor-autor es esquizofrénica, se transmite un desdoblamiento de personalidad que confunde hasta el final sorprendente e intrigante que queda abierto a toda la imaginación posible.
Muy recomendable.