Confieso que nunca he visto el programa de tele de El Mago Pop (igual que confieso que pienso ponerme al día) así que no tenía ni idea de qué iba a ver cuando entré en el Tívoli a ver el espectáculo de Antonio Díaz. Pero da igual. Al cabo de un minuto yo ya estaba boquiabierta y así seguí hasta el final.
La gran ilusión no solo contiene los trucos de magia más bestias que he visto en tiempo, sino que también es un buen espectáculo escénico con ritmo, humor y belleza. Uno de esos que se hacen cortos y nos devuelven a aquel momento de la infancia cuando aún éramos inocentes y fáciles de fascinar. Antonio Díaz lo consigue de lejos.
Totalmente imprescindible.