Lo que empieza siendo una reunión de vecinos pronto toma un camino extravagante, casi onírico, en el que el vecino nuevo es objeto de examen para ver si los demás le pueden aceptar en el barrio. La gent molesta es al mismo tiempo una comedia negra y un thriller psicológico, todo con un sabor de 1984.
Los siete jóvenes actores que interpretan esta obra provienen de la escuela de teatro Eòlia, y desde aquí los felicito y aplaudo, ya que para mí siempre es una alegría descubrir actores nuevos. En este caso, a parte del trabajo actoral hay también un texto original, divertido e incisivo de Carles Mallol.. Actualmente es raro ver una obra con tantos actores en escena, y esta tiene siete personajes, todos diferenciados, pero con el punto común de saberse unidos como grupo haciendo piña contra cualquier elemento foráneo que les pueda perturbar o traer la discordia.
La comedia y las sonrisas están servidos desde el principio, puesto que el punto de partida es ya grotesco, y a partir de aquí la cosa se va liando y todo se vuelve un magma extraño y confuso. Pero más allá de hacer reír al espectador, la obra también pretende tocarle la consciencia, ya que lo pone ante el espejo de sus miedos irracionales a todo lo que le es ajeno y desconocido. En definitiva, si tuviésemos que resumir el tema de La gent molesta, diríamos que es la alergia a la diferencia llevada hasta sus últimas consecuencias.