Zum –Zum teatre es una compañía ya veterana dedicada al público infantil, y digo veterana porque las primeras obras que yo recuerdo datan de 1995 cuando representaron “El jorobado de Notre Dame”. Desde entonces no han parado de hacer teatro de cualidad dirigido a niñas y niños de todas las edades. Me atrevería a decir que está dirigido a todos los públicos. El valor añadido de la Zum-Zum teatre es la incorporación de valores alrededor de un cuento y lo hacen de una manera divertida y comprensible para los más pequeños. En este caso concreto tratan de aves extraviadas, de refugio para los que se han perdido, de amor por la tierra y los productos del campo, del cariño en la pobreza, del gozo por lo más insignificante, del peligro de la riqueza repentina. El valor añadido consiste también en utilizar el teatro para incorporar dichos y refranes populares que los más pequeños ya no oyen ni entienden. Se trata también de sorprender y lo hacen a cada instante con cambios de personajes y pequeños detalles de la escenografía.
El trabajo actoral de Ramon Molins ha ido creciendo y madurando con el tiempo. Siempre lo hemos considerado un actor magnífico pero en este caso nos hemos quedado admirados con su imitación de los movimientos de un viejo. El caminar o la actitud corporal del viejo granjero no se improvisan. Se consigue después de un trabajo de haber observado a muchos abuelos y abuelas, es difícil de interpretar y está increíblemente bien hecho. Begonya Ferrer nos ha entusiasmado, como siempre.
A mi nieta de 10 años lo que más le ha llamado la atención ha sido que el duetto Ramon-Begonya interpreten a 6 personajes. Y es cierto. Utilizando pequeños complementos se convierten de narradores a viejos granjeros, de granjeros a vecinos invasores y cotillas.
La otra nieta de 4 años nos explicó durante la comida toda la historia de la obra. Lo entendió perfectamente. Esto también es mérito de la Zum-Zum teatre.
Yo quiero destacar la escenografía de Joan Pena. Tiene un montón de detalles que no permiten distracción alguna. Está cuidada y muy pensada. Es sencilla pero compleja, aparentemente modesta pero utiliza una gran cantidad de recursos para cada escena que permite tejer perfectamente el hilo de la historia.
Con niñas o sin ellas, no os la perdáis.