Una pareja. Una mujer. Un hombre. Un hijo. Una relación acabada. La pareja está contenta de haber arreglado bien la separación. A partir de este momento van surgiendo las palabras en forma de recuerdos, de reproches, de rabias, de culpas, de odios que se han ido tejiendo a lo largo de su vida en común y que no se habían dicho nunca.
Podría ser una historia que nos resulta familiar. Él, triunfador que valora mucho su vida profesional e intenta romper los lazos que le impiden conseguir más éxitos. Ella, asustada, sometida que quiere tener un hijo y lo consigue pero se siente sola y se aleja aún más del hombre que quiere. Este podría ser el resumen de esta impactante obra de Jordi Casanovas y muy bien dirigida por Pere Riera.
Hasta aquí podría ser una pieza incluso vulgar pero en esta obra nada es vulgar, ni la trama, ni la forma de expresión, ni la complejidad de la relación, ni la manera de vivir la misma situación. El espectador se siente atrapado en una discusión sin fin en la que se van descubriendo los hechos y misterios de la relación. El relato continuo de las mentiras, engaños y venganzas los aleja cada vez más, los aprisiona y los destruye.
Es una obra con un ritmo rápido, trepidante, con unos largos silencios que aumentan todavía más la fuerza dramática. La obra atrapa en sí misma sin que ninguno de los personajes se te pueda llevar su terreno. Los dos son vulnerables, los dos inspiran simpatía y conmiseración.
Casanovas ha sabido presentarla sin maniqueísmos, ni eufemismos ni metáforas. Es una discusión equilibrada que no permite tomar partido ni a favor del representante de tu género. Al salir oí una señora que decía: “Es que ella también….” Creo que le sabia mal que no le hubiesen permitido colocarse en el lado femenino.
Pablo Derqui y Laia Marull son un buen reclamo y con razón. Sobrepasan todas las expectativas que teníamos puestas en ellos. Consiguen cada uno por separado y los dos juntos una maravillosa interpretación rodeados de una escenografía sencilla pero real en la que se pueden apoyar continuamente para hacer que la obra sea todavía más dinámica, si ello fuera posible.
El público emocionado aplaudía de pie.