80 minutos de viaje por las entrañas de una pareja

La dansa de la venjança

La dansa de la venjança
14/02/2019
Poner en escena una historia en tiempo real donde la acción se centra, en casi todo el espectáculo, en la palabra, es todo un reto. La clave que esto funcione a la perfección, y que atrape al espectador alejándolo de mirar el reloj o de moverse de su silla, es la gran calidad del texto, de sus actores y de su dirección.
Nos encontramos seguramente con uno de los grandes textos de Jordi Casanovas. Un diálogo, de 80 minutos, que enumera, poco a poco, las miserias que esconde una pareja recientemente separada. Pere Riera propone un ritmo controladísimo, acciones y emociones contenidas que inquietan al espectador hasta llegar a un gran estallido final.
Laia Marull y Pablo Derqui son capaces de crear, con su técnica y virtuosismo, un ambiente íntimo, que nos incomoda y nos hace pensar que somos unos auténticos intrusos en la vida de los demás.
Marull tiene esta sorprendente capacidad de mostrar la debilidad de forma largamente sostenida, y generar giros de enorme fortaleza. La versatilidad de Derqui consigue crear un personaje ambiguo del todo creíble, que van de la simpatía y la formalidad hasta la más profunda e inquietante oscuridad.
Y por último, diré que este espectáculo me ha llevado a recordar diferentes trabajos cinematográficos de Ingmar Bergman, donde profundiza en las miserias del matrimonio y de las relaciones humanas, y también de Michael Haneke, por su realismo crudo, que expresa a la perfección la violencia física y emocional que son capaces de ejercer las personas en sus contextos más íntimos.

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