A menudo me pasa que historias antiguas no me las creo, especialmente las de hombres que se enamoran de prostitutas y cosas así, pero esta Dama de las Camelias, que ya lleva siglo y medio a las espaldas me la he tragado enterita sin tomar omeprazol. ¿Qué ha pasado? Pues que está muy bien conducida, con una escenografía espléndida, un movimiento de actores y una iluminación de categoría y (muy importante) una excelente adaptación y dirección. Las actuaciones todas muy buenas, destacando el papel protagonista en que Nausica Bonín se ha cargado la obra a las espaldas de principio a fin. Sabine Dufrenoy ha hecho la dramaturgia y Herman Bonín la dirección, o sea que todo ha quedado en casa. Felicidades familia Bonín!
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