Lo mejor de este In Memoriam es, sin duda, su reparto, integrado por los componentes masculinos de la nueva Kompanyia del Lliure (acompañados de dos magníficos refuerzos), que se deja la piel en escena y nos regala escenas emotivas y emocionantes cuando hace falta, cargadas de humor cuando toca.
En el otro extremo, sin embargo, tenemos una dramaturgia efectista, que busca la lágrima desde el inicio y que ofrece un relato de la Batalla del Ebro que no aporta ninguna novedad respecto a aproximaciones anteriores. Por otra parte, aunque el título promete una historia de la Quinta del Biberón, acabamos con un relato de trinchera donde muy pronto olvidamos que los protagonistas tienen 17 años. Una oportunidad perdida.