Travieso, más que gamberro, cabaret navideño

Fins als... Nadals

Fins als… Nadals
04/01/2020

Fins als… Nadals casa perfectamente con un espacio pequeño, en este caso, el Club Onyric, en el hall del Condal, que tantas buenas veladas nos ofreció la última temporada, donde se crea enseguida conexión entre público e intérpretes. Esta proximidad es básica pues se trata de un espectáculo que bebe del cabaret. Estéticamente lo es y tiene un punto de -ligera- provocación, de que puede pasar cualquier cosa y todo es susceptible de ser ridiculizado … empezando por la Navidad. Así, el punto de partida es simpático, provocador (e inocente): ¿y si nos cargamos el mes de diciembre y así nos ahorramos todo este rollo de las Navidades, que acaba empachando y que todo el mundo critica? Se hace sorna de las tradiciones, villancicos, las cenas familiares -sean pijas o chonis-, de la alegría impostada, del consumismo, pero al final se impone el espíritu navideño, que por mucho que a casi todo el mundo (a mí no!) cansa y no gusta, nos reconcilia con el mundo.

Dirigida por Míriam Escurriola tiene algunos puntos con su previa (y que volverá) interesante Akelarre, con The Feliuettes, visualmente cabaretera, con bastante énfasis en el movimiento corporal como herramienta comunicativa, peso en los intérpretes y una sucesión de piezas donde el hilo que las une a veces es un poco débil. El conjunto, pues, queda un poco disperso. La propuesta queda a medio camino entre el canallismo del cabaret y el sentimentalismo de la Navidad. Cuando la propuesta se alza y nos convence plenamente es cuando pasa a interpretar canciones que nos enternecen, gags más reflexivos o apuesta directamente por el humor y pasa a ser una propuesta bien navideña. También captan mucho el interés personajes como la Tía Pepa, la muy divertida cotorra del quinto o Betty Boop harta de su sexualización.

Lo menos mejor: el hilo argumental que une las canciones y las diferentes escenas se acaba perdiendo.

Lo mejor: los jóvenes intérpretes con grandes voces, sensibilidad a la hora de interpretar las canciones e igualmente solventes en la parte actoral.

En resumen: traviesa, más que gamberra

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