«Ostia, lo hacen muy bien!». A la salida del Maldà los comentarios son de sorpresa: «No había venido nunca aquí, pero me ha gustado mucho!». Los aplausos han sido muy largos y sinceros, incluso ha habido algunos algunos bravos. Y no, no es un estreno o la primera semana donde están los amigos y se hacen cumplidos, es un público entusiasmado ante una propuesta pequeña, sencilla pero muy cuidada, trabajada y con una entrega inmensa de todos y cada uno de los actores y actrices. Difícil destacar sólo uno. El dúo cómico que interpretan Bernat Cot y Ricard Farré es como un tobogán que nos adentra en la historia rápidamente y además nos da grandes momentos, el patetismo de Malvolio que consigue Arnau Puig es insuperable, la vis cómica de Laura Aubert es más que conocida y la explota gratamente con su Bufón, que además nos enamora con una voz llena de carácter que llena la sala, Queralt Casasayas interpreta a una Viola / Cesari fantástica, en la justa medida para entender el disfraz, pero sin una brizna de sobreactuación y grandes matices.
La escenografía prácticamente desnuda y la dirección de Adrià Aubert les han dado todo el protagonismo en un espectáculo que, después de un inicio un poco más lento para presentarnos la situación y los personajes, es absolutamente trepidante. Dos horas de un Shakespeare fresco, cercano, dinámico y con mucho movimiento, que no sufre en absoluto las pequeñas dimensiones del Maldà y que, eso sí, las aprovecha para moverse entre el público y hacerlo cómplice en diferentes momentos. Y dad por seguro que lo consigue, las dos horas se hacen cortas y cuando ves que llega el desenlace piensas, por favor, por favor, que no se acabe todavía! Por suerte, nos regalan una deliciosa canción final…