Experimento ciberpunk

Elefant terrible

Elefant terrible
04/12/2017

Cada vez, afortunadamente, vemos más propuestas de creadores jóvenes en busca de nuevas dramaturgias y formas de expresión que plasmen la esencia de su generación. En este caso, Eric Balbàs y Roger Torns presentan una pieza teatral inspirada en los videojuegos y la realidad virtual que arriesga valientemente a pesar de obtener un resultado un poco irregular. Elefant terrible tiene el valor de haber sido gestado como un experimento con la implicación, durante el proceso artístico, de un grupo de adolescentes. Desgraciadamente, la primera parte del montaje es confusa y difícil de seguir. Parece jugar con elementos del thriller ciberpunk pero su exceso de misterio esconde, en realidad, una debilidad narrativa que impide que el relato arranque. Por suerte, la obra tiene la habilidad de reinventarse en mitad de la historia, reavivando milagrosamente su interés y músculo estructural. Cuando entra en escena el sentido del humor, la honestidad y la autoconsciencia que, por algún motivo, estaban reprimiendo o reservando, el espectáculo se eleva de manera sensacional. Mención aparte merece el diálogo con el elefante que, no sólo es muy divertido, sino que resulta uno de los momentos más poderosos y con el contenido más rico de todo el conjunto. Quizás no se trata de un ejercicio redondo pero, como laboratorio de creación, podemos decir que contiene hallazgos por los que vale la pena perdonar los fragmentos que menos funcionan.

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