Es un monólogo en castellano sobre cómo resolver los pequeños conflictos que van apareciendo a lo largo de la vida. La dificultad para resolverlos lleva a mucha gente a buscar soluciones en los libros de autoayuda, las mil y una formas de poner el cuerpo a disposición de la mente (yoga, Taichí…) o formas varias de meditación como el Mindfulness o los retiros de silencio.
Me ha parecido una crítica irónica de la moda actual que ya empezó hace más de veinte años con la introducción en occidente de diversas filosofías y terapias orientales. Es una exposición superficial de un problema y la forma de resolverlo.
La idea es original, atrevida y valiente. Desconozco si se había utilizado alguna vez como guion de una obra. La comicidad y el ridículo es una forma de expresar una idea con mucha fuerza, aunque podría haber sido más esperpéntica para reforzar el contraste entre la dificultad y la extravagante forma de resolver problemas personales de autoestima o de relaciones personales.
Nácara Huélamo Orellana es la actriz, la codirectora con Pili Jiménez y la dramaturga. Ella interpreta con mucho acierto las dificultades de relación y comunicación con la gente que ama así como el miedo escénico que no puede superar.
Utiliza todo tipo de recursos escénicos: el mimo, el canto, el baile, la aproximación y participación del público, los audiovisuales, documentales, la música. El público se ríe en algunas escenas y se siente identificado aunque algunas de ellas son excesivamente largas. En cualquier caso, ha sido muy curiosa la experiencia y la recomiendo por la idea, el guion y la magnífica interpretación de Nácara Huélamo.