Este año el Grec tiene un estreno de lujo tanto por la calidad como por la rareza de la pieza. El poema de Guilgamesh, rei d’Uruk, está fechado a principios del segundo milenio antes de Cristo. Lo cual quiere decir antes de las epopeyas homéricas y antes de la Biblia. Es decir, que estamos ante el primer texto literario de la humanidad. No es poca cosa. Por este motivo solo podía atreverse Oriol Broggi, un sabio que siempre nos obsequia con textos de colosal envergadura.
El poema de Guilgamesh es la historia de un viaje, de la vida del rey de Uruk en busca de respuestas. Quiere el poder sobre los hombres, sobre la tierra y sobre los dioses. Por esto cuando ya ha conseguido el poder terrenal, anhela la inmortalidad. Es decir, Guilgamesh encarna los sentimientos humanos más universales: la voluntad de conocer, el deseo de poder y la angustia de dejar de existir. Por esto a pesar de estar escrito hace miles de años, Guigamesh nos continúa interpelando porque todos nos podemos ver reflejados en sus dudas y sus miedos.
El escenario del Teatre Grec ha sido un marco idóneo para este montaje grandioso que cuenta con un elenco amplísimo de actores de primer nivel. Como protagonista, Ernest Villegas, Toni Gomila, David Vert, Màrcia Cisteró y Sergi Torrecilla encarnan a Guilgamesh y a los compañeros que va encontrando durante el viaje. Pero en papeles secundarios tenemos a Marta Marco, Clara Segura y Lluís Soler, y detrás de todos ellos, muchos más actores y actrices que son el pueblo de Uruk. Y todo el espectáculo está siempre circundado de una música con ecos antiguos, interpretada por Yannis Papaioannou.
Oriol Broggi, desafiando como siempre los cánones de la comercialidad, nos ofrece un texto fundacional en una versión espléndida y espectacular que arrancó los aplausos de un público que abarrotaba el Teatre Grec, con las entradas agotadas desde hacía días.