Todos coincidimos a la hora de decir que hacer comedia es muy difícil, pero, ¿Cómo es que sigo escogiendo antes montajes que prometen «dramatismo intenso» creyendo que serán «propuestas más elaboradas» en lugar de una comedia?
Hice esta reflexión a la hora de salir de ver El pare de la núvia. Fui consciente de como los prejuicios nos guían tanto en nuestra vida.
Esta comedia alocada y divertida explica una historia que se va liando a lo largo de las dos horas y poco que dura el espectáculo, horas que, aunque parezca una causa para echarse atrás, pasan fluidas, puesto que la obra tiene un ritmo bastante dinámico gracias al factor sorpresa continuo que plantean Joel Joan i Hèctor Claramunt, los autores de este texto.
Aun así, creo que el argumento se hubiera aguantado igualmente sin tanto de lío, puesto que la premisa principal es bastante potente y está bien planteada desde el inicio.
Joan Pera está en su registro más cómodo y se nota que disfruta de estar en el escenario, puesto que lleva prácticamente él a solas el hilo del espectáculo.
Es una comedia para reír y pasar un buen rato, sin moralismos ni historias internas que tengas que descubrir, simplemente quieren que rías, y lo consiguen.