Aunque el título El mar nos haga imaginar un paisaje abierto y azul, el de esta obra se desarrolla en una escuela rural de Bañuelos de Bureba, un pueblo de la provincia de Burgos. Allí fue a parar un profesor catalán de nombre Antoni Benaiges cuya trayectoria allí, como en otros destinos a los que acudió, fue la de ofrecer un mundo de posibilidades a través de la educación. En el esmero de él, y de otros tantos y tantas, estuvo presente que el hecho de aprender a leer, a sumar o a imaginar una vida no estuviera solo destinada a unos pocos.
Alberto Conejero siempre hace verdaderas joyas sobre el escenario, con planteamientos muy ricos para reflexionar y explorar sentimientos desde el patio de butacas. En esta ocasión, el equipo que forma con él Xavier Bobés es magistral. La forma de unir ideas, sensaciones y capas en una misma puesta en escena es, simplemente, sobresaliente.
Bobés, quien comparte escenario con Sergi Torrecilla, hace un trabajo de interpretación conmovedor, capaz de invocar los recuerdos de la vida de Benaiges y de una época oscura de nuestro siglo pasado. En particular, todo esto se consigue con una historia contada desde diferentes formas audiovisuales y perspectivas que ocupan el espacio, junto con la palabra y una cuidada y exigente escenografía. Por ello, el espacio escénico de Pep Aymerich, el sonoro de Julià Carboneras y la iluminación de Jou Serra y Mario Andrés Gómez hacen que el relato se asiente en una atmósfera que nos lleva a la niñez y nos sumerge en unos años que merecen ser rescatados de cualquier olvido.
Visto el 19/02/2023 – Teatro de la Abadía (Madrid)