Pocas veces puede uno asistir a un espectáculo como el que propone Asier Etxeandía con El intérprete. En contadas ocasiones nos encontraremos con un actor de su talla capaz de cantar, bailar e interpretar con un talento impresionante mientras se mete en el bolsillo a una platea tan grande como la del Coliseum. Nos hizo bailar, nos hizo llorar, nos conmovió y nos provocó, cantamos, reímos y, durante dos horas, nos olvidamos del mundo de afuera y nos quedamos en la habitación de aquel niño de Bilbao que soñaba con ser artista. El intérprete es uno de esos montajes que aparecen en la cartelera una vez cada lustro. Si tenéis la oportunidad, no os lo perdáis.
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