Don Giovanni en el salón de casa

Don Giovanni

Don Giovanni
15/11/2020

Tenemos que agradecer al Liceu la posibilidad de poder ver este Don Giovanni en un momento en el que se han cancelado las cuatro últimas representaciones de esta obra. Agradecemos también la generosidad del consorcio de regalar esta producción de la ópera de Frankfurt al público general a través de YouTube.

Esta ópera se representó por primera vez en Praga en 1787 con el título: “Il dissoluto punito , o sia Il D. Giovanni”. Con el que se censuraba ya el carácter de Don Giovanni, merecedor del gran castigo.

Don Giovanni como todos los otros Don Juan que aparecieron en aquella época y posteriores era un personaje atractivo, con ganas de vivir, de divertirse. Las mujeres encontraban en él lo que se les prohibía en todos los ámbitos de su vida: el placer. A pesar del carácter misógino de la obra, en las mujeres de Don Juan hay un grito de libertad y todas quedan fascinadas por su figura. Donna Anna cree que el luto por el padre y la necesidad de vengarlo le impide querer a Don Ottavio. Sin embargo, es el deseo de Don Giovanni lo que la tormenta: “non mi dir bell’ idol mio”. Donna Elvira no vivirá nunca más tranquila después de haber conocido al libertino, llora su pérdida y se rinde a él a la menor ocasión. Incluso la joven Zerlina en el día de su boda, es capaz de abandonar a Masetto para caer en brazos de Don Giovanni: “Presto, non son più forte”. En un duetto precioso Andiam, andiam, mio bene, a ristorar le pene d’un innocente amor” Mozart pone en la letra de da Ponte la expresión más elaborada de la atracción sexual.

La escenografía de Johannes Leiacker y la puesta en escena de Christof Loy es sobria, muy adecuada a los tiempos actuales en los que la exuberancia sería signo de mal gusto o incluso de provocación. Esta sencillez se observa especialmente al final del segundo acto en el que el Commendatore invita a Don Giovanni al arrepentimiento que éste rechaza. El castigo es el infierno y en todas las versiones que he visto (una memorable en La Haia dirigida por Nikolaus Harnoncourt) de una manera u otra surge un gran fuego en el que desparece Don Giovanni como símbolo del gran castigo. En este caso, Don Giovanni queda muerto en el suelo sin ninguna posibilidad de purificación. Quiero pensar que la poca luz de toda la escenografía obedece a la imagen del pecado que debe ser redimido.

Quizás también la búsqueda de austeridad ha llevado a los responsables de esta versión a suprimir más de 40 minutos de la ópera en la que he encontrado a faltar recitativos y arias importantes.

Josep Pons y la orquesta, como siempre, magníficos. En este montaje no hay second cast. Todas las voces escogidas para esta versión de Don Giovanni han sido extraordinarias: El barítono Christopher Maltman en el papel de Don Giovanni; la soprano Miah Persson como Donna Anna; la soprano Véronique Gens como Donna Elvira; el bajo-baríton Luca Pisaroni és el còmico Leporello. Quiero destacar a la joven soprano ganadora del Concurs Tenor Viñas en 2018, Leonor Bonilla como Zerlina quien a su magnífica voz acompaña una buena interpretación.

Ver un Don Giovanni con este elenco de lujo, con la comodidad del sofá es una oportunidad única que no se puede perder.

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