Cirque du Soleil es una compañía ya habitual en nuestra ciudad, que en los últimos años acostumbra a aterrizar una o incluso dos veces al año, consiguiendo arrastrar una gran cantidad de público, a pesar de sus elevados precios. En esta ocasión, los canadienses nos traen un espectáculo que ya tiene quince años de vida y que ha dado la vuelta al mundo cosechando éxitos, como la gran mayoría de los espectáculos de la compañía.
Podemos decir que, este Dralion nos acerca a la filosofía y a las tradiciones orientales con el sello habitual de los canadienses, en un espectáculo de dos horas que no defrauda y que hace sumergirnos en un mundo de colores, sensaciones, música, diversión y trabajo físico. Si bien es cierto que este espectáculo no aporta ninguna novedad respecto a otras propuestas vistas en años anteriores, el conjunto del espectáculo bien vale una visita al Palau Sant Jordi. Así, en este se presenta la buena factura de los espectáculos de Cirque du Soleil, con una puesta en escena muy cuidada y espectacular y con un elenco excelente, que hará las delicias de los asistentes con las espectaculares acrobacias, los divertidos clowns, los eficientes cantantes y músicos, todo envuelto con elegancia y personalidad. Eso sí, ojalá el próximo espectáculo vuelva a representarse dentro de la carpa y no en la inmensidad del Palau Sant Jordi, que inevitablemente aleja al espectador en varios sentidos.