El Cirque du Soleil nunca decepciona, cada uno de sus espectáculos es un regalo para los sentidos, pero Alegría tiene algo muy especial: es una revisión de un espectáculo mítico de la compañía en la que, modernizando algunas cosas, han sabido guardar la esencia y la belleza, aderezando la representación con una banda sonora que es exquisita, para mí, la mejor de sus propuestas que se han podido ver en nuestro país.
Alegría tiene todos los elementos para que se pueda disfrutar de 0 a 99 años: los números, todos excelentes, son muy variados, para todos los gustos, saltos de vértigo, juego con fuego, barras acrobáticas, hula hoops infinitos, trapecistas que juegan a volar mientras se cotonean en el cielo de la carpa… y números de columpio y telas preciosos, realmente poéticos, con movimientos que parecen imposibles y que emocionan. Lloré durante el espectáculo de pura emoción por la belleza que mis ojos percibían.
Todo ello va salpicándose con el punto humorístico que ponen los payasos españoles Pablo Gomis y Pablo Bermejo, dos clowns brutales que hacen reír a la vez que crean momentos súper tiernos con todos sus números. Es fácil sentirse de nuevo niña viéndolos actuar, disfrutando de cada uno de sus números, son sublimes.
En definitiva, si solo pudieras ver un espectáculo en esta temporada, ésta sin duda sería la elección que te permitiría viajar a tu niñez a través de una fantasía infinita, llena de poesía, de una ejecución perfecta y acompañada de una música con una fuerza increíble.