Porque Lluís Soler nos ha dado una clase magistral de interpretación y de conocimiento de la obra de Dante, el hombre que dedicó prácticamente su vida a escribir La Divina Comedia (y a dar cuerpo a la lengua italiana). Con una puesta en escena sobria ha movido entre el atril desde donde recitaba, a la mesa donde sentado nos daba explicaciones del autor, su obra y como enfocó la traducción Josep M. de Sagarra; los endecasílabos y los tercetos… Ojalá cuando de pequeño iba a la escuela los maestros me hubieran explicado las cosas de esta manera y con este entusiasmo; quizá habrían hecho de mí un hombre de provecho.
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