Cels es un texto denso, con un gusto por la tragedia que linda con el morbo y una indecisión en la ejecución que hace que se debata entre el discurso filosófico y el thriller de acción. Mouawad reúne sus virtudes, sus vicios y sus obsesiones y los vuelve a mezclar para crear un nuevo texto que, en mucho momentos, suena a algo ya oído y, en otros, a auténtica genialidad. Un texto muy irregular que, en mi opinión, solo se salva por la magistral puesta en escena de Broggi y compañía que consiguen mantenernos atentos, e incluso que nos emocionemos, con lo que ocurre sobre el suelo (esta vez desprovisto de arena) de la Biblioteca de Catalunya.
Una cita ineludible para los fans de Wadji Mouawad o de La Perla 29.