Nos felicitamos de que la Biblioteca de Catalunya vuelva a programar esta obra para abrir la temporada teatral 2014-15, puesto que es monumental y espectacular en todos los sentidos, como suelen serlo las del dramaturgo Wajdi Mouawad. Cels retoma el listón que había dejado Incendis y que había caído notablemente con Litoral, y esto es bueno. Cinco personajes en tensión permanente se encuentran encerrados en un recinto de alta seguridad con una misión vital: descubrir y desactivar una amenaza terrorista inminente. No tienen ni idea de qué es a lo que se enfrentan, y para esto cuentan con la ayuda de un encriptador informático que tiene que facilitarles los códigos que permitan localizar la amenaza. Pero la tarea será mucho más complicada de lo que podrían pensar a priori, dado que pronto empiezan a entrar en juego variables emocionales que nada tienen que ver con la matemática fría y desapasionada de los códigos informáticos.
Dirigidos por Oriol Broggi, cinco actores magníficos en escena, sumados a otros actores que hacen su interpretación en pantalla, conforman un montaje espectacular y estéticamente bellísimo. La escenografía, integrada esencialmente por pantallas de ordenador, se convierte en un elemento fundamental de la obra. Eduard Farelo, que a veces sobreactúa un poco, aquí se muestra muy puesto y muy cómodo en su papel. Los que le acompañan, habituales de la perla 29, Ernest Villegas, Xavier Boada, Màrcia Cisteró y Xavier Ricart, componen un elenco brillante de personajes atenazados por una cursa contrareloj paralela a las circunstancias vitales dramáticas de cada uno de ellos. Pero sin duda, lo mejor de la obra es el final, demoledor y absolutamente catártico, que nos revela que aquello más preciado y más deseado, lo más importante en la vida, es el arte. Lee más