Todos pensamos a veces que nuestra vida es una mierda. Fantaseamos con qué haríamos si nos toca la lotería. Que podríamos dejar un trabajo que odiamos para hacer, por fin, lo que nos gusta, que viajaríamos a todos esos lugares con los que soñamos y en qué invertiríamos para, en definitiva, ser felices.
4 amigos cerca de los 30 se encuentran en ese momento y cada uno lo vive a sumanera. Tenemos al soñador que cree que todo es posible con esfuerzo, la cínica que cree que todo es un asco y que no hay nada que podamos hacer para cambiarlo, la que da pequeños pasos intentando cambiar, pero que no se atreve a soltar lo que tiene, aunque lo odie, por miedo a fracasar y perderlo todo y el que se ha conformado y pasa por su vida sin plantearse las cosas demasiado.
Todas estas formas de enfrentarse a la vida «adulta» son válidas y a cada uno de nosotros nos sirve una cosa. Todos luchamos contra nosotros mismos y contra los elementos en búsqueda de nuestra vida perfecta y aunque busquemos sin pausa nunca parecemos encontrarla…. Quizás deberíamos buscar esa felicidad en la misma búsqueda. Quizás ya estemos volando sin saberlo.
Pasar una hora y media viendo esta obra es una buena y amable forma de hacernos reflexionar sobre nuestro día a día y qué cambiar o mantener para acercarnos un poco más a nuestro ideal.