Cándido o el Optimismo (a partir de Voltaire) es un texto seleccionado en la Convocatoria de Teatres de Proximitat (On el Teatre Batega)
Es la primera pieza de la trilogía de la condición milenial con dramaturgia y dirección de Miquel Mas Fiol en la que teniendo referentes a tres clásicos y, situados en el momento actual, quiere mostrar la precariedad de la generación milenial. Los tres espectáculos, a pesar de ser independientes, tienen mucho en común.
El Cándido de Voltaire era un joven educado por un filósofo en la idea del optimismo radical y la frase que mejor define esta educación es «vivimos en el mejor de los mundos posibles«.
El de la obra de Miquel Mas Fiol es un joven optimista, ilusionado por hacer teatro.
Lluís Oliver, interpreta magníficamente bien a un actor que se presenta a un casting por el Cándido de Voltaire. Su inseguridad al entrar en la sala de castings se va intercalando con sus pensamientos cambiando de repente la actitud y la manera de expresarse. El Director (un títere) está sentado en un sillón y, después del monólogo preparado por el actor, se oye una voz en off: “ya lo llamaremos” (frase muy conocida por los actores que se presentan a castings). Mientras espera la llamada de la aceptación del papel, el actor despliega todas sus habilidades actorales que ha demostrado ser infinitas. Él va intentando creerse la frase de Voltaire: Es el mejor mundo que podemos tener pero, como en el Cándido de Voltaire, (tras ser expulsado del castillo porque lo han descubierto besando a la hija del barón), descubre la crueldad humana aunque la lucha por la felicidad lo acompaña siempre.
Es un texto bastante fiel al Cándido pero adaptado al mundo del teatro actual y a los rincones más sórdidos de las dificultades por las que pasan las personas que luchan por trabajar en lo que les gusta.
Con una escenografía sencilla, él le saca el máximo provecho con proyecciones de fotos, vídeos en los que se busca la felicidad. Todo va envuelto de una crítica mordaz, a veces irreverente, sobre el mundo de las artes escénicas y haciendo alusiones a directores, actores y actrices actuales provocando continuamente la risa.
A nuestro actor le va saliendo la rabia, la indignación, incluso las ganas de matar y su optimismo va disminuyendo paulatinamente. No puedo contar nada más. El público en pie aplaudió durante mucho rato.
