Uno de los formatos interesantes que nos ofrece el panorama humorístico barcelonés son los Bumping Mics. Esta iniciativa mensual del Comedy Gold, liderada por el joven –pero veterano del stand up– y divertidísimo Albert Floyd, copia sin esconderse un espectáculo improvisado que los cómics Jeff Ross y Dave Atell llevan años haciendo en Estados Unidos, y que incluso tiene un especial en Netflix.
El show es sencillo: dos cómics en escena se cuentan la semana y van entrevistando a la gente que les ha venido a ver. Como en la alta costura, donde los trajes se confeccionan sobre el cuerpo del cliente o cliente por las mejores manos profesionales, este espectáculo se irá cosiendo con el material que se genera en riguroso directo. Deberán sacar el máximo de chistes posibles, y cuando ellos consideren que han hecho uno bueno, harán chocar los dos micrófonos (de ahí la literalidad del nombre, que traducido del inglés significa ‘micros que chocan’) . No hace falta que la gente se ría, sólo ellos deben considerar que un chiste es bueno para darse el premio.
El compañero de escena de Albert no puede ser mejor: Tomàs Fuentes. Con poco más de treinta años ya es un cómic con una trayectoria inalcanzable en cualquier formato de currículum, pero por si no lo conoce sólo le diré que ha escrito más de 1000 monólogos por Andreu Buenafuente, galas de los Goya, cientos de guiones para en La Competencia (RAC1) y es uno de los MC’s habitual en los open mics y espectáculos de humor de la ciudad. El ambiente distendido del Medi y la complicidad de Floyd y Fuentes en el escenario asegura muchísimos momentos de risa, que todavía se ven más intensificados cuando se dejan acompañar por varios invitados del mundo de la comedia y el espectáculo. En cada función vienen dos o tres. Miel pura.