Es lo que me pasó a mí porque yo en el Almazen viendo Brujas no tenía que estar, pero por un equívoco fui. A mi en humor me va Monty Python, prefiero la sutileza a la sal gruesa y Brujas es un espectáculo de este último estilo, bastante torpe y muy llamativo. Dicho esto, quiero dejar constancia que el público que abarrotaba la sala (y unos cuantos se quedaron sin entrada) se lo pasó en grande a juzgar por las carcajadas y los aplausos. Me alegro, pues al final es gente que va al teatro, y que no sea mi opción, al final es mi problema.
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