El amor en toda su complejidad y facetas

Anna Karènina

Anna Karènina
06/12/2024 - TNC – Teatre Nacional de Catalunya

Si algo me impresiona, aunque sea algo obvio, es la universalidad y lo poco que le afecta el tiempo a los textos de grandes autores en algunos aspectos, quizás porque la complejidad del ser humano es y seguirá siendo siempre igual en toda nuestra existencia, y es algo que ninguna IA conseguirá alcanzar nunca, por muy inteligente que puedan llegar a ser.

La adaptación y dramaturgia de esta Anna Karenina de Carme Portaceli y Anna Maria Ricart me parece una delicia. Un texto tan complejo, con tantas capas, matices y con tantas intrahistorias llevado al teatro con dinamismo y soltura es una proeza. Cogiendo como hilo conductor el amor en todas sus facetas, la propuesta nos lleva por las diferentes parejas de la novela para mostrarnos pasiones, celos, traiciones, sentimientos al límite, amor puro…. Y así, a través de un viaje por el amor, en un escenario que se mueve a este ritmo, con una escenografía sencilla, preciosa y que llena el inmenso escenario del TNC de manera muy acertada, vemos como pasamos de la luz del principio a la oscuridad del final, como una tragedia que es.

El sello Portaceli se puede ver claramente no solo en estos detalles, también en la importancia de las canciones y la música, en el protagonismo femenino, en esa Anna Karenina que en su primera aparición entre humo de trenes sube al escenario en un momento digno de la mejor estrella del pop del momento. Una diva que está a la merced de una sociedad, la rusa de finales del siglo XIX, que la juzga por ser mujer, por querer romper con lo que está establecido para ella, por enamorarse de manera equivocada, por luchar por su pasión, por sus hijos, básicamente por querer sentirse viva y amar de verdad. Y no es la única mujer que tiene que soportar el peso social y una capa de amor mal entendido, vemos a Dolly, con un marido egoísta y que fanfarronea de sus infidelidades mientras ella aguanta, por la familia, por el qué dirán. O Kitty, quien elige con quien casarse porque es el candidato que los demás quieren para ella, aunque no sea el que ella quiere en el fondo de su corazón.

A nivel de interpretación, estamos ante una obra muy coral, que aunque tenga como protagonista a Ariadna Gil, podemos ver brillar por igual al resto del reparto.

También es curioso cómo incluye de alguna manera a Tolstoi en el montaje: a través de una narradora que acompaña a los personajes para apuntarnos que a veces lo que dicen no es lo que piensan, y lo hace en inglés, entiendo que para separar de manera clara a este personaje del resto, por poner una voz más distante y por normalizar también que haya varios idiomas en un montaje y que no pasa nada, solo que éste se enriquece y crea más matices.

Ver un clásico en un montaje de gran dimensión, con un vestuario precioso, con matices como los escogidos por Anna Maria Ricart y Carme Portaceli merece la pena, y mucho.

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