Lindsey Ferrentino dramaturga norte-americana estrenó esta obra en el Off-Broadway todavía no hace un año y la Compañía residente “La Niña Bonita” fundada en 2015 ha conseguido los derechos de autora para estrenarla en Barcelona.
Con el mayor estilo de Jack Kerouac u otras novelas y obras que se han escrito o presentado en EEUU sobre viajes por carreteras interminables, los cuatro protagonistas de “Amy” emprenden un viaje en coche para ir al entierro del padre de los tres hermanos. Otra obra de hermanos que se reencuentran para ir al entierro del padre de los tres hermanos. Otra obra de hermanos que aprovechan el momento de la muerte del padre para hablar de sus inestables y solitarias vidas. En este caso, una de las hermanas tiene un síndrome de Down (Amy), ha vivido en centros subvencionados por el estado desde muy pequeña y es la que da nombre a la obra. Como acostumbra a pasar en EEUU, las distancias son muy grandes, las familias están muy separadas, se encuentran vez en cuando y algunas sólo en el Thanksgiving Day.
Yo sabía que la actriz principal era una chica con el Síndrome de Down. Era una apuesta peligrosa y arriesgada ya que utilizaban un material sensible que podía explotar en la escena, que podía sobrepasar los límites del respeto y de la tolerancia.
Nada de esto ocurre. La obra, basada en un personaje real, la tía de la autora, da voz a una parte de la sociedad que durante mucho tiempo ha sido invisible.
De todos los personajes, Amy es la más segura, la única que lo tiene todo claro, la que acepta la muerte de los padres con tranquilidad, la que sabe qué quiere, cómo, dónde y con quien quiere vivir. Amy tiene una discapacidad pero tiene una vida llena y satisfactoria que contrasta con la inseguridad de los hermanos, de sus sentimientos de culpa y de su mal aceptada e insoportable soledad. La supuesta fragilidad de Amy es fortaleza y determinación y esta es la parte más bonita y tierna de la obra. Consigue con un acto de madurez aprovechar la mala experiencia institucional para convertirla en un crecimiento personal que sorprende a sus dos estupefactos hermanos.
La actriz con síndrome de Down (Odile Fernández) lo hace maravillosamente bien y está absolutamente integrada en su papel y en la obra.
Xavi Alvarez y Neus Suñé son los directores y actor/actriz al mismo tiempo. Neus Suñé es Kathy, la trabajadora social del centro donde vive Odile, representa una mujer dura, endurecida y aparentemente distante pero va demostrando poco a poco que es una gran profesional y que ha establecido una relación de complicidad con Amy que los dos hermanos, evidentemente, no tienen.
Es destacable también la actuación de Roser Batalla (la hermana de Amy), actriz veterana, conocida en teatro, TV y cine. No nos ha sorprendido su expresividad y su manera de cantar a Frank Sinatra con la que nos ha transportado al NY de los años 70.
Esta pieza se presenta como una comedia puede que por la comicidad de algunas situaciones. Yo no creo que sea una comedia. En todo caso, valorad vosotras mismas.