Teatro físico, que juega con las emociones. Movimiento, proyecciones, luz, un texto actual y de denuncia.
Un inmigrante, su mochila, una garrafa de agua, los zapatos y la comida. Un paisaje que va alterando a partir del juego que realiza durante toda la función con la arena presente de inicio a final.
Tal como se ha presentado, Amarillo nos traslada a la frontera entre Méjico y los Estados Unidos, una de las barreras más representativas de un mundo globalizado. A pesar de que lo podemos trasladar sin ningún tipo de problema a Europa y África.
Juega con las imágenes, las luces y el movimiento. Con imágenes impactantes y momentos emotivos, aunque con muchos altibajos. A pesar de que es una buena obra para poder reflexionar, pensar y posteriormente comentar.
Un texto totalmente actual, y más con el que ha sucedido estos días en nuestra frontera, comprometido con lo que cuenta y denuncia. Una de aquellas obras que sales con el estómago tocado, y que un vez que han pasado unas horas reflexionas sobre lo que has visto. A pesar de…