La historia de Amanda Todd es la historia de tantas chicas en todo el mundo que sufren acoso en las redes sociales y en el mundo real sencillamente porque no encajan en la sociedad en que viven. En el caso de Amanda, enseñó los pechos a un desconocido cuando sólo tenía 12 años. Una imprudencia por la cual nadie tendría que acabar suicidándose.
El problema de este montaje es que se pregunta quién es el culpable de todo y empieza cuestionando el papel de la propia Amanda, con la peligrosa insinuación de que ella, en cierta manera, se lo buscó, que si hubiera sido más discreta nada de eso habría pasado, como si en el otro lado no hubiera habido un hombre adulto, pedófilo y probablemente sádico que se entretenía destrozando la vida al adolescente una y otra vez.
Una oportunidad perdida para tratar un tema muy serio.