Fue estrenada este año en la 65 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.
Ernesto Caballero es el autor de esta obra basada en la vida de Marco Tulio Cicerón, político, filósofo y orador de la Antigua Roma para repasar las intrigas, deslealtades, traiciones y ambiciones que se vivieron en aquel momento pero también la defensa de las causas más nobles, y por encima de todo, la defensa de la República Romana. El autor quiere que veamos en esta historia un paralelismo con el mundo actual.
Utilizando la técnica del teatro dentro del teatro, Mario Gas sitúa la historia en una biblioteca en la que unos estudiantes (Bernat Quintana y Miranda Gas) preparan un trabajo sobre Cicerón. La aparición de Josep Maria Pou representando a Cicerón hace que la trama vuele al siglo primero anterior a nuestra era dando saltos continuos a la actualidad. Con este original recurso van desfilando todos los momentos que vivió nuestro protagonista hasta que fue asesinado, desde su enfrentamiento con Catilina por haber tramado una conjuración contra Julio César, el exilio por haber condenado a muerte a un ciudadano romano sin las debidas garantías procesales, la guerra civil entre Julio César y Pompeyo, el perdón de César después de ganar la guerra y como Cicerón lo defiende contra la ambición de Marco Antonio.
Es difícil seguir todo el entramando de historias a través de la retórica y elocuencia que utilizaba el conocido orador. El Gran Pou, intercalando frases en latín de los grandes tratados de Cicerón, las recita con el mismo entusiasmo que lo haría el filósofo en la tribuna de los oradores.
Los diferentes personajes que rodeaban a Cicerón, Julio César, Marco Antonio, Octavio, Catilina y Bruto intervienen con sus discursos desde grabaciones en video proyectadas sobre los libros de la biblioteca. El gran esfuerzo de condensación de esta complicada historia no se ve recompensado por el seguimiento del relato y la comprensión del texto. Aun así, es un magnífico repaso de una historia que también es la nuestra.