Un padre y su hijo de 5 años juegan pisando un lago helado mientras la madre y la hermana pequeña se lo miran desde la orilla. Crac. El hielo se rompe y el niño cae al agua, el padre intenta salvarlo, pero no lo consigue. Despierta del coma y ha tenido una visión, y decide enzarzar a la familia ha seguir aquello que ha visto. Unos años después nos encontramos a una madre intentando recuperar a su hija. Y hasta aquí se puede explicar la historia de esta obra, porque el resto no solo se tiene que ver, se tiene que sentir.
Y es que Pau Roba tiene un ojo especial para elegir los textos que lleva al escenario. Este relato tiene en su atractivo un montaje y una manera de narrar la historia muy especial, que implica al público en cada paso que da la trama y sus personajes. Convirtiéndose en un miembro más de la comunidad, la espectadora forma parte de la narración y tiene un papel único. Se consigue de esta manera crear una sensación de pertenencia al colectivo, a la sociedad y a los personajes que forman la historia. No solo es una producción teatral, es una experiencia que deja que tus sentimientos confluyan con lo que está pasando en el escenario.
Todo en su conjunto te absorbe y hace que conectes con la obra y su sentimiento desde que cojes el libro que tienes en la butaca hasta que lo vuelves a dejar -y aquí no se puede avanzar más-.
Emma Arquillué (hija), Vincenta Ndongo (madre) y Andrew Tarbet (padre) se diluyen en sus personajes aportando cada matiz necesario, con la gestualidad, la emoción y cada una de sus palabras la evolución de Arquillué y Ndongo desde que se reencuentran hasta su último momento juntas tiene una escalada pasional, sobre todo por parte de Ndongo, que encoje el corazón. Con ella sientes empatía, pero al mismo tiempo la juzgas, y sientes la confusión y el miedo por aquello desconocido de Arquillué.
Pero no solo ellos forman parte del espectáculo, hay un grupo de ayudantes de sala que también contribuyen a la producción. Igual que tú. Lo dicen antes de empezar, si necesitas gafas para leer, cógelas, las necesitarás.
Hablar de teatro muchas veces es hablar de experiencias colectivas, de sensaciones compartidas y de momentos que no se pueden olvidar, que dejan poso en tu interior. Esta obra es, sin duda, una experiencia que es necesario vivir y compartir, no os dejará indiferentes.