Es innegable el éxito internacional que ha tenido Rent en sus diversas representaciones nacionales e internacionales. Se trata de un musical que en su momento reelaboró muchos códigos de los musicales de Broadway y que se ha convertido en un musical icónico, debido a un gran potencial de su argumento y a su gran impacto en el público.
Su éxito lleva a que, 20 años después de su estreno original, puedan seguir dándose versiones que tratan de emular la original añadiendo o matizando algunos pasajes. En este caso, esta versión dirigida por Daniel Anglès y protagonizada por Iñaki Mur en el papel de Mark lleva al escenario del Onyric Teatre una producción con un elenco inmenso y unos recursos exitosos, complejos y teatralmente efectivos.
Se trata de un espectáculo en el que mediante constantes números musicales se desarrolla una historia emblemática, un canto a una juventud generacional de los 80/90 marcada por temáticas revolucionarias entonces como la libertad y diversidad sexual, el VIH, una vida bohemia… Un viaje emocionante por las vidas de unos jóvenes neoyorquinos artistas que da lugar a un viaje lleno de emociones y sentimientos. Pese a ello, la constante musicalidad y la abundancia y duración de estas canciones hacen que la representación se haga un tanto larga. Su división en dos partes, además, hace que la segunda parte contenga mucha más fuerza dramática que la primera y, por tanto, deje buen sabor de boca pero un recuerdo un tanto mermado de la primera.
El elenco hace un esfuerzo total, cantando y bailando durante todo momento. Es emocionante ver a un elenco tan grande ser tan enérgico durante tanto tiempo y ponerle tantas ganas. Su labor es vital, pese a que en ocasiones el texto y su drama sea tan generacional que, al menos para mí, no sea fácil empatizar con lo que sucede en escena. Pese a esto, los grandes números musicales y la fuerza de recursos escénicos como decorado, iluminación, la banda en directo, etc. provocan que el público sea consciente, durante el espectáculo, de estar viendo un musical de un gran valor y calidad.
En síntesis, la propuesta de Daniel Anglès significa un Rent que conmemora su 20 aniversario (escénicamente incluso, con un homenaje audiovisual final) con un elenco joven que se deja la piel para crear un gran espectáculo. Pese a ello, algunos puntos débiles pueden hacer desconectar al público en algunas ocasiones: su gran carácter generacional o la falta de diálogo frente a la constante canción durante un tiempo tan largo de representación hacen que el espectador pueda no empatizar tanto.