Marta Buchaca es una autora que, como tantas y tantos otros, se ha dedicado durante años a guionizar series televisivas, pero cada vez que se acerca al teatro nos regala pequeñas joyas (Plastilina o Litus) o bien éxitos de público como Losers o El año que viene será mejor. Este acercamiento al tema de los malos tratos que es Només una vegada se incluye seguramente en la primera categoría, ya que se trata de un texto brillante que toca con mucha destreza y sensibilidad un tema de alto voltaje. Quizás el acierto más grande es haber alejado la obra de los tópicos y haber escogido como centro de la trama una pareja acomodada, con éxito y un alto nivel cultural. Es cierto que me hubiera gustado más que la historia no acabara de forma tan explícita, que aguantara la ambigüedad del principio y que alimentara un debate más que necesario… pero entiendo que la autora no ha querido dejar pie a malentendidos, y está claro que el mensaje principal (la violencia no es nunca justificable) no se podía poner en peligro.
Otro de los aciertos del montaje es la progresión de la intriga y el gran trabajo actoral y de dirección. Maria Pau Pigem está totalmente creíble en el papel de terapeuta, mientras que a Anna Alarcón y Bernat Quintana les toca jugar con los personajes más espinosos. Cuesta entender a veces algunos de los cambios que experimentan, al menos por la información que vamos teniendo como espectadores, pero a pesar de todo no hay nada que empañe un montaje inteligente, muy medido y realmente oportuno.