Alguna vez tenía que pasar… es la primera vez que una propuesta del teatro La Vilella no nos ha acabado de convencer al cien por cien.
Los que me quieres me llaman Fede. Verano de 1936, la guerra civil española estalló, las diferencias no son aceptadas y Federico Garcia Lorca es diferente. Fue poeta, dramaturgo, músico, pintor y actor, que fue asesinado la madrugada del 18 al 19 de agosto de 1936, por su condición sexual y por sus ideas políticas, pero aunque hace 73 años de su muerte, su figura y su obra sigue siendo muy recordada y homenajeada. Los que me quieres me llaman Fede es un tributo que hace la Compañía Psicoproject en movimiento a Federico Garcia Lorca, un espectáculo de danza, creado y dirigido por Jordi Soler Company.
En general ha sido un espectáculo muy desigual. Momentos realmente bien trabajados y que nos han transmitido mucho, pero otros muy repetitivos, descompensados y que no le supimos encontrar el significado que nos querían dar. Ha empezado bastante bien con el poemaCasida de la rosa, una versión extraída del álbum La Luna Grande: De Chavela Vargas a Federico García Lorca (2012). «La rosa no buscaba la aurora: casi eterna en su ramo, buscaba otra cosa», un poema de ida y vuelta precioso; un juego poético donde la rosa es un símbolo de sexualidad y de sueños. En cuanto a la música, ha habido trozos muy acertados, como la del ruido de los aviones y de los bombardeos, que nos han situado en plena guerra civil; la marcha de la banda de una procesión o el del momento del fusilamiento de Lorca; pero hay otros que no los hemos acabado de entender e incluso se nos han hecho pesados. Las coreografías en general nos han gustado, pero las bailarinas muchas veces no iban del todo a acompasadas con la música e incluso a diferente ritmo entre ellas. La coreografía final del asesinato ha sido muy bien ejecutada por el bailarín Jordi Soler, pero para mi gusto un pelín largo y repetitivo.