El título de esta obra nos recuerda las difíciles clases de filosofía de sexto con el filósofo Kant y su conocido pero indescifrable principio, pero ha conseguido que comprendiese lo que quería decir Kant gracias a la maravillosa conversación entre la protagonista, una profesora asociada del Departamento de Ética de una Universidad y el co-protagonista, el Jefe del Departamento donde ella trabaja. Szpunberg nos adentra con esta obra en la filosofía del siglo XX con dos grandes personajes: Kant y Kafka. Aparece de forma tangencial la obra El proceso de Kafka en la que el protagonista, Joseph K, es arrestado por una razón desconocida. La imposibilidad de acceder a las más altas instancias crea un clima de opresión y camino sin salida. De esta novela Kafka sacó un conocido relato, Ante la ley, que es la esencia de la pesadilla kafkiana. Y es ésta la pesadilla que vive nuestra protagonista. Ella es una mujer en la cincuentena, recién separada del marido y con dificultades para encontrar y pagar un alquiler. Su Jefe intenta que ella pida la baja porque ha tenido una lipotimia durante una clase. No tiene plaza fija y no quiere pedir la baja por no perder su trabajo. Ella justifica su malestar por la imposibilidad de dormir a causa de la música insoportable del vecino. La historia y el drama con toques de humor están servidos.
Victoria Szpunberg, es la autora y directora de esta pieza que se estrenó hace un año y que he tenido la oportunidad de verla en la gira. En esta ocasión Szpunberg aprovecha obras de filósofos para entender a la protagonista.
Àgata Roca de manera brillante representa a la mujer atrapada por todas partes sin salida alguna. Xavier Sáez con gran versatilidad actoral es el agente inmobiliario, el Jefe de Departamento, un camarero, el vecino, una cita de Tinder, el policía, el médico, con papeles cortos pero de gran dificultad. Fantástica la actuación de ambos y su compenetración.
Con una sencilla escenografía de Judit Colomer pasan de una escena a otra con mucha facilidad y agilidad. La realidad y la ficción se confunden y los giros argumentales nos hacen dudar entre una verdad dura o un sueño hecho realidad