Las penas del Joven Werther (a partir de J.W. Goethe) es la segunda pieza de la trilogía de La condición milennial con dramaturgia y dirección de Miquel Mas Fiol en la que teniendo referentes a tres clásicos y, situados en el momento actual, quiere mostrar la precariedad de la generación milennial. Los tres espectáculos, a pesar de ser independientes, tienen mucho en común.
El Werther de Goethe es un joven instalado en un pueblo rural alemán que conoce en un baile a Charlotte, una chica dulce y educada de la que se enamora perdidamente. Ella ya tiene un prometido con el que se casa posteriormente. La pasión amorosa, la sensibilidad exagerada, la tragedia del amor romántico lleva a Werther al suicidio. Es la figura primordial del romanticismo.
Mas Fiol convierte al Werther en una joven romántica que no puede escapar de la tristeza. Utilizando la metateatralidad, el propio dramaturgo y director de la obra es el director del Werther que interpreta Mel Salvatierra. El joven Werther era un personaje triste y el director (voz en off de Mas Fiol) le hace interpretar la tristeza como quiera o cómo se la imagine. Ella no sabe ni lo hace bien. El director la maltrata y le pregunta por su Currículum: La Brama del Cèrvol con la Calórica, Eva contra Eva en el papel de la joven ambiciosa y con Anna Belén en el teatro Reina Victoria en Madrid. Está tan acorralada que pide ayuda a Ana Belén con la que había tenido muy buena relación, la cual con voz en off, la aconseja y ayuda. Mel Salvatierra es una actriz excelente que borda el papel de la intérprete insegura bajo la presión de un director prepotente.
Los ejemplos que ha propuesto Mas Fiol para trabajar la tristeza son banales, irónicos y, en algún momento crueles e irrespetuosos con comunidades deprimidas. Sin embargo no ha herido la sensibilidad de buena parte del público que ha acogido la obra con entusiasmo.
