No me cansaré de reivindicar a Javier Daulte como uno de los autores más originales e innovadores que han pasado por Barcelona en los últimos 20 años. Aun así, hay que diferenciar el Daulte que arriesga y que no escatima recursos ni efectos teatrales (Gore, Bésame mucho, 4D Óptico, La felicidad, etc.) del Daulte más comercial y próximo al gran público. Les irresponsables estaría dentro de este segundo grupo, es decir, el grupo de las comedias de boulevard ingeniosas, efectivas, bien estructuradas… pero inofensivas.
En Les irresponsables hay dos partes bien diferenciadas. En la primera se presenta las tres mujeres protagonistas y la situación que las ha llevado a refugiarse un fin de semana en una casa de alto standing. Una presentación excesivamente larga que va retardando la trama justo antes de que estalle por los aires en la segunda parte. Aquí precisamente es donde vemos lo que tanto se ha anunciado en la publicidad de la obra: «¿Qué pasaría si, un día, de golpe, empezáramos a llevar a cabo todo el que nos pasa por la cabeza? ¿Cuáles son los límites de lo que está bien hecho y lo que está mal hecho?». Creo que, una vez más, la publicidad no acaba ayudando a las expectativas. Hay actitudes reprobables y situaciones que muestran cierta inmadurez, pero bastante lejos de la salvajada que me podía imaginar o del final apocalíptico que se intuía… Juzguen ustedes mismos, pero da la sensación que se ha querido dotar de excesiva importancia una trama que solo tiene el objetivo -nada despreciable- de entretener.
El gran acierto del espectáculo es el casting escogido. Tanto Marta Marco como Nora Navas o Cristina Genebat sobresalen en sus respectivos roles, dando todos los matices necesarios y haciendo pasar al público una velada inolvidable. Un conjunto bien dirigido por Sílvia Munt, que después de Les noies de Mossbank Road vuelve a demostrar que este tipo de proyectos más pequeños, y con un grupo bien cohesionado de actrices, le van mucho más que otras propuestas más ambiciosas.