De historias de la familia Addams hemos visto muchas, especialmente en las películas que tenemos todos en la memoria.
El musical que se pude ver en Barcelona ha elegido el libreto de Marshall Brickman y Rick Elice, sobre el enamoramiento de Miércoles de un chico “normal”. El problema no es la situación amorosa de la hija grande de los Addams, el conflicto surge cuando se organiza una cena en su casa para que el enamorado y su familia conozcan a los protagonistas de este musical. Ya se prevén los problemas de una hora lejos, pero Miércoles tendrá en su tío Fétido y su padre unos aliados muy especiales. Morticia, por su lado, no lo llevará tan bien.
Este musical está ejecutado de manera excelente, la coreografía, el vestuario y las voces están cuidados y trabajados al milímetro. La coordinación y harmonía de movimientos y voces son de envidiar para muchos musicales.
Divertida y entretenida, pero que queda floja en su conjunto, especialmente en la segunda parte. Le falta mala leche y le sobra romanticismo. De la misma manera, le sobran algunos números musicales que alargan innecesariamente la trama, no aportando nada relevante a la historia.
El personaje de Miércoles es el auténtico protagonista de esta obra, no solo por la historia si no porqué la actuación de Lydia Fairén y su capacidad vocal deja en segundo plano al resto del reparto desde el inicio de la representación. Aun así, se tiene que destacar también a Xavi Mira (Gómez) que dota de matices a su personaje tanto como el texto le permite, y a Meritxell Duro en el papel de abuela, que, con su agudeza dialéctica, es el origen de la mayoría de las risas que despierta este texto.
Música, buenas voces y más de un momento hilarante harán que esta obra, que tiene una duración un poco demasiado extensa, haga pasar un buen rato al espectador y sonría. Un espectáculo apto para toda la familia, que saldrá con buenas sensaciones y cantando, irremediablemente, la sintonía de la filmografía que hizo famosa a esta familia.