La cupletista se estrenó el 2004 en Olot, e hizo temporada en el ya desaparecido Teatre Artenbrut. Sus dos objetivos eran, y todavía son, dar a conocer una serie de canciones hoy ya prácticamente olvidadas y también rendir homenaje a la compositora Cándida Pérez Martínez, que puso la música a cuplés tan famosos como Les Caramelles o La Marieta de l’ull viu. Esta compositora, amiga personal de Raquel Meller, escribió algunas de las páginas más exitosas del género, pero murió prácticamente en el anonimato –ella misma quemó muchos de sus archivos personales– el 1989.
El espectáculo es prácticamente un pequeño concierto con cuatro apuntes biográficos y alguna que otra reivindicación del género. De hecho, no podríamos entender el teatro musical catalán de principios del siglo XX sin hablar del Paralelo, y tampoco podríamos entender el Paralelo sin hablar del cuplé. Fue el género preferido de los catalanes durante décadas y dio nombres tan importantes como Raquel Meller, Pilar Alonso, Mercedes Serós o La Bella Otero, entre las que daban la cara y ponían la voz.
Durante los 60 minutos que dura el espectáculo podremos escuchar, de la voz de la soprano Núria Esquius, cuplés tan interesantes como La fornera de la Ronda, El fill de l’adroguer o Emperadriu, aparte de alguno de tan estrambótico y curioso como La muller d’en Manelic. En este último, el personaje de Marta hace un resumen de lo que ha sido su vida después del desenlace del drama de Guimerà. Una pieza que ya vale, por sí sola, un espectáculo.