En un ambiente festivo por la calle Bailèn un miércoles a las 8 de la tarde, la gente se concentraba frente al Espai Texas. Hay gente que repite para estrenar sala.
Dos salas de cine con programación muy actual y una sala con aforo de 200 personas ha sido un gran evento este año. La directora es Anna Rosa Cisquella, junto a la Cooperativa BARC y la Sala Flyhard.
La sala estaba llena hasta los topes. A pesar de ser una reposición, La Calòrica agota siempre localidades. Fairfly se había estrenado hacía 8 años en el Tantarantana y se repuso en La Villarroel. Después giró por España y ha sido galardonada con el Premio Butaca 2017, Premio Max 2018, Premios de la crítica 2018. Ha sido un acierto reprogramarla en el Espai Texas.
La Calórica trata siempre temas de actualidad, de política, de crítica social con los que nos sentimos identificados de una manera u otra. La pareja Joan Yago (dramaturgia) e Israel Solà (dirección) hacen un tándem sólido. Están compenetrados, son exigentes y honestos con el contenido y la forma de presentarlo.
Fairfly es el nombre de una start-up que montan cuatro amigos cuando estaban a punto de ser despedidos por un ERE en la empresa en la que trabajaban y que se dedicaba a la alimentación infantil. Sobre esta idea, La Calórica juega con los personajes haciendo una crítica en clave de humor del gran boom del emprendimiento y de la preocupación por la sostenibilidad, el cambio climático, el medio ambiente, etc.. Aitor Galisteo-Rocher, Vanessa Segura, Xavi Francés y Esther López son los cuatro amigos que discuten cómo salir del ERE. Un texto muy original, una dirección cuidada y una magnífica actuación de los cuatro intérpretes hacen que la pieza sea redonda. La obra transcurre a lo largo de cinco años, con la creación de una nueva empresa que cumple los criterios para cambiar el mundo. Los saltos en el tiempo son muy evidentes con pocas modificaciones aparentes. Durante estos años, aparecen todas las dificultades que supone crear, mantener y sostener una empresa. También aparecen cambios en las relaciones personales. La Calórica hace esto, plantea el problema y lo lleva al terreno de la realidad más cotidiana. El relato de las relaciones y los conflictos personales están tratados de forma espléndida. Es una sátira sobre muchos tópicos de la actualidad que nos obliga a replantear pensamientos.