Divertimento y desenfreno con la Calòrica

La brama del cérvol

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La brama del cérvol → Teatre Lliure - Montjuïc
01/06/2025 - TNC – Teatre Nacional de Catalunya

Nunca olvidaremos el primer contacto con La Calòrica. Fue Feísima enfermedad y muy triste muerte de la reina Isabel, sátira histórica sobre el poder y la decadencia. Luego vimos, Los pájaros, Fairfly, ¿De qué parlem mentre no parlem d’aquesta merda? o Le congrés ne marche pas, siempre críticos con un tema concreto. En esta ocasión nos plantea la gran pregunta: ¿cómo podemos cada uno de nosotros cambiar el mundo? Ellos lo hacen de la manera que saben: haciendo teatro y rompiendo todas las barreras que hagan falta para tomar conciencia de lo que sea y hacer crítica de todo utilizando el humor y la ironía.

En un hotel en un lugar perdido de montaña se organiza una actividad que consiste en sentir la berrea del ciervo cuando se quiere emparejar. Allí se reúnen gente de diferentes lugares y ambientes: unos empresarios que van a cerrar un trato con el alcalde de la Vall Fosca para llenarla de apartamentos y zonas de ocio, dos amigas que acuden a una fiesta rave en medio del bosque, una pareja con sus dificultades relacionales, un grupo de gente de teatro a quienes se les ha organizado una mesa redonda con un director, una dramaturga, una escritora y un actor.

Ya conocemos a los intérpretes de la Calórica: Xavi Francés al que le ha tocado el papel más ridiculizado y gracioso del montaje, Aitor Galisteo-Rocher, es el director de teatro arrogante y jactancioso, Júlia Truyol es la dramaturga descreída que pasa de todo, Esther López es la mujer de Xavi Francés que lucha para mantener su relación. En esta ocasión se ha añadido Mel Salvatierra y Oriol Casals. Cada uno de los actores y actrices interpreta a dos personajes. Todos se van encontrando en las situaciones más extrañas y rocambolescas que podamos imaginar que hacen reír por esperpénticas e insólitas. Es como si el texto de Joan Yago y del resto de la compañía se les hubiera escapado de las manos e Israel Solà se encontrara a gusto dirigiendo este desenfreno.

Para mí, lo mejor de la pieza es la mesa redonda sobre el teatro en la que hacen alusiones a gente de las artes escénicas de nuestro país y hacen crítica con buen conocimiento de causa. Hay una segunda parte de la mesa redonda en la que después de la rave y de todo lo ocurrido a lo largo de la obra, los mismos intérpretes en ropa interior han quedado abatidos y exhaustos. Así nos ha dejado esta obra de La Calòrica.

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