Está claro que Joan Pera es un valor seguro de nuestra cartelera, y cuando se le da un vehículo hecho a medida que él puede conducir perfectamente… los resultados acostumbran a ser bastante exitosos. Sé que ya no estamos en la época en que Paco Morán y él mismo podían llenar salas durante años, pero si se cuida bien el producto que tienen entre manos este “suegro de alquiler” podría tener una larga vida. Para empezar se trata de una comedia agradable, que va al grano desde casi el principio y que se guarda un par de pequeñas sorpresas para el final mientras va trufando el simple argumento de chistes bastante graciosos. Unos chistes, por cierto, que no sabremos nunca si salen del texto, de las improvisaciones del actor o de la acumulación de situaciones.
Un sogre de lloguer parte de una premisa muy utilizada en comedia: alguien se tiene que hacer pasar por quién no es en una situación un poco comprometida. A partir de aquí los líos están asegurados, pero si encima sumamos otra trama en la que se rescata una historia del pasado a base de casualidades y coincidencias ya lo tendremos todo hecho. La obra, hecho a medida para el actor, está escrita por Susanna Garachana y Jaume Viñas, dos actores que también se atreven con textos originales y adaptaciones. Garachana la descubrimos el año pasado con el éxito El favor, mientras que Viñas fue responsable con Marc Sambola de la adaptación musical de La filla del mar.
El gran acierto de esta producción es que se ha rodeado a Pera de creadores jóvenes y de gente que a menudo no frecuenta este tipo de género. En este sentido, la dirección es del propio Daniel Anglès, más acostumbrado a los musicales que a las comedias de líos. Y en cuanto al reparto, también encontramos anomalías bastante acertadas: la gran Muntsa Alcañiz (musa de la primera época del Teatre Lliure), Eduardo Lloveras (surgido de la joven Kompanyia del Lliure) y Júlia Jové (vista en musicales como Una llum tímida, Fun Home o Maremar). Una mezcla interesante que podría haber fracasado pero que sale muy airosa gracias al respecto a todas las partes, y sobre todo al estilo del protagonista. Al fin y al cabo, el público viene a ver una obra de Joan Pera… y esto está, sin ningún tipo de duda, pero con un envoltorio de primera.