Ellos son personas normales

Jauría

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Jauría → Auditori de Cornellà
10/04/2024 - Teatre Romea

Fui a ver a Jauría con cierto reparo ya que la víctima ha sido expuesta a todos los medios de comunicación de España y a un proceso judicial abierto y creía que no teníamos derecho a revictimizarla. ¿Cuál es el sentido de llevar al teatro la reproducción de unos hechos tan reprobables y al mismo tiempo tan comentados en todas las redes sociales? Tanto ella como sus agresores tendrán que haber dado su consentimiento para poder subir sus nombres y apellidos a los escenarios.

Jordi Casanovas es el autor y dramaturgo de este documental sobre los hechos ocurridos durante las fiestas de San Fermín en el año 2016. ¿Hubiera tenido el impacto emocional, divulgativo y educativo si la obra fuera pura ficción y no la descripción de unos hechos reales conocidos por todos? Probablemente no. Y éste es el motivo por el que he transformado mi rechazo en un servicio a la crítica social y en el esfuerzo por cambiar el pensamiento de una parte importante de la sociedad.

La descripción es de una realidad milimetrada puesto que se ha basado no en las sentencias sino en las respuestas detalladas de la víctima y victimarios durante el juicio. Miguel del Arco hace una puesta en escena sencilla, minimalista pero minuciosa. Crea un espacio angustioso donde se sucedieron los hechos y juega con cinco sillas de forma versátil como son versátiles los seis intérpretes que pasan de victimarios a jueces, de víctima a fiscal.

La defensa de los acusados se basaba en la falta de respuesta por parte de la víctima, lo que supuso una sentencia condenatoria de agresión sexual. Ángela Cervantes interpreta a un prototipo de víctima colapsada, incapaz de defenderse, imposibilitada para gritar o llorar. La defensa de los agresores fue enconada para encontrar los máximos atenuantes posibles. Los intérpretes de los agresores (Artur Busquets, Francesc Cuéllar, Quim Ávila, David Menéndez y Carles Cuevas) muy puestos en su papel de fiesta y alegría no entienden de qué se les acusa. Ellos son personas normales. La presión social fue tan fuerte que el caso llegó al Tribunal Supremo quien sentenció una condena más larga por violación múltiple con coacción e intimidación.

El interrogatorio por parte del Ministerio Fiscal a la víctima es un claro ejemplo de la manipulación que se puede hacer de unos hechos que no pueden defenderse en una sociedad en la que las leyes las hacen los hombres, la justicia la imparten los hombres y las mujeres son las culpables y no las víctimas de las agresiones recibidas.

Aún harán falta más representaciones públicas, más obras de teatro, más víctimas hasta que los agresores dejen de considerar estas acciones como normales.

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