El gran cabaret de alta costura que celebra la diversidad

Fashion Freak Show. Jean Paul Gaultier

Fashion Freak Show. Jean Paul Gaultier
11/04/2024 - Teatre Coliseum

Cuando el Fin de Año de 1977 Nile Rodgers y Bernard Edwards, dos de los miembros del grupo musical Chic, intentaron entrar en la discoteca Studio 54, no les dejaron pasar. No constaban en ninguna lista de invitados y, vestidos con sus mejores galas, volvieron a casa. Pocas horas más tarde, enrabietados y decepcionados con el establishment que les vetaba el acceso a un mundo de glamour y reconocimiento, compusieron a chorro uno de los hits indiscutibles de la música bailable: Freak Out!. Es de justicia poética que el diseñador Jean Paul Gaultier utilice esta pieza, con su incesante estribillo «Le freak ces’t chic», como himno del gran cabaret que ha producido para celebrarse y reivindicar su trayectoria artística como uno de los nombres más importantes de la alta costura del siglo XX. Él, como los Chic, ha logrado abrir las puertas de la sociedad más elitista gracias a su talento y la reivindicación de la diferencia. Nacido en una familia humilde de un suburbio de París, se formó a partir de la experimentación con tejidos en su casa y la observación de la calle, los mercadillos, las revistas y los programas con vedetes que el conocido cabaret Foliès Bergere producía para la televisión francesa. El espíritu quinqui, punkarra, transgresor, sexual, folclórico y exuberante se convirtió en su mejor sello. Fuera de los circuitos de la alta costura, se abrió paso con unas creaciones subversivas y provocadoras (hechas, entre otras, con bolsas de basura) que catalizaban los anhelos de libertad y de transformación social de la juventud occidental de principios de los setenta. El chico de barrio, autodidacta y pobre, acabó haciendo bailar en todo el mundo con su extravagante música. Freak Out!

Fashion Freak Show es tanto una fiesta, como un desfile de alta costura, un excelente cabaret o una clase de historia de la moda de los últimos 50 años. Meticulosamente curado por Gaultier, el espectáculo de ritmo endemoniado repasa cronológicamente su trayectoria, empezando por los primeros diseños creados sobre el cuerpo de una osita de peluche. La ‘Nana’, así se llamaba la osita, fue la primera afortunada en lucir los senos cónicos que décadas más tarde mitificaría la cantante Madonna con el corsé de la gira Blond Ambition. Gaultier también aportó su imaginario a iconos del siglo XX como Prince, Freddie Mercury, Grace Jones o David Bowie, o las películas de Pedro Almodóvar. Viendo el espectáculo alucinas con la cantidad de referencias que tenemos de Jean Paul Gaultier. Quizás desconocías su autoría más allá de los perfumes de marineros sexys (con los que se hizo millonario), pero su universo estético ha traspasado a la esfera más cotidiana del imaginario popular.

Los dos actos del espectáculo, que empiezan bien y acaban mejor, muestran algunos aspectos de la vida personal del artista que influyen de forma directa en su creación: la oportunidad que le brindó Pierre Cardin, el apasionado enamoramiento con el modelo Francis Menuge, quien le impulsó a abrir su propia firma de moda, las noches de desenfreno sexual, los viajes a Londres, la aproximación a la contracultura… El bioshow no repara en gastos: el espectacular puesta en escena va acompañada por un lado sonora de pasarela, llena de temacles y melodías bailables, que marca con precisión los cambios escenográficos protagonizados por unas inmensas pantallas con unos audiovisuales perfectos que, o bien se suman a las coreografías de infarto , o bien nos muestran pasajes de la vida del diseñador con cameos tan sonados como Rossy de Palma, Catherine Deneuve o Micheline Presle. El elenco lo forma una troupe con el espíritu del diseñador: cuerpos de todos los tipos y colores, acróbatas, bailarines, modelos, cantantes, actores… Una interpretación de primera que cautiva con todos los sentidos y que no está exento de los sus toques humorísticos con momentos de participación del público y las intervenciones de una «policía de la moda» encarnada por Anna Wintour, la temida y respetada editora del Vogue estadounidense (lo es desde 1988), que spoiler, acabará rendida al diseñador francés y pereciendo en el escenario como lo hicimos todo el público en el patio de butacas.

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