Explicar el pasado franquista de la propia familia no es fácil, pero Pau Vinyals utiliza la autoficción y mucha creatividad para deleitarnos con un monólogo espléndido. Un texto en el que cabe Spiderman, el Gegant del Pi, Krystian Lupa, Tortell Poltrona, Thomas Bernhard, Massiel o Jeannette. Caben también varias técnicas o disciplinas, como la canción o un teatro más corporal o físico. En este sentido, Vinyals se deja la piel con este personaje que ve como todo en lo que creía quizás no es del color que le habían dicho. Una interpretación que va de la naturalidad al expresionismo transitando por la delicada frontera que va entre una y la otra…
Lo más interesante de esta pieza es que nos hace reflexionar sobre nuestros antepasados y sobre un movimiento fascista con el que muchos de ellos tuvieron que convivir durante décadas. Tal como dice el personaje central “todos llevamos un monstruo adentro”, y él descubre que su abuelo había sido aquel monstruo. Curiosamente, un monstruo que jugaba con sus nietos y se dejaba enganchar pegatinas en la cara. Esta dualidad o contradicción es la que recorre toda la pieza de arriba abajo, poniendo sobre la mesa personajes que reconocemos y paisajes que seguramente también forman parte de nuestros recuerdos. En definitiva, una pequeña genialidad que habla con mucha libertad de una semilla enfermiza que convive con la humanidad y que todavía sigue con nosotros a día de hoy, cuando pensábamos que ya estaba extinguida…