Las comedias de bulevar y todo el que se ha derivado de ellas en los últimos años (El sopar dels idiotes, Sota teràpia, El nom, Quant temps em queda?, etc.) obedecen a menudo a una fórmula concreta y también a un tipo de interpretación estereotipada para que el público sepa a qué va y no se lleve ninguna sorpresa. Es un género, o subgénero, que no admite demasiadas innovaciones ni demasiados cambios. Es por eso que El favor se erige como una pequeña excepción. A pesar de seguir de pe a pa una premisa sobre la que gira todo el espectáculo (aquí se plantea incluso antes de que empiecen a aparecer todos los personajes), la comedia se centra en las personalidades de los cuatro amigos y los trata como personas que podemos reconocer en nuestro alrededor y no como simples arquetipos. Aquí tiene mucho que ver la dirección de actores, que intenta naturalizar todo lo posible –en una comedia de situación tiene que haber concesiones, naturalmente- las reacciones y las consecuencias de todo. La experiencia y el talento de Jordi Rico, Marc Rodríguez, Eduard Buch y David Marcé consiguen un conjunto homogéneo, que sabe cómo afrontar las partes más divertidas pero también las que conducen a cierto conflicto. El hecho que el texto esté escrito por una actriz (Susanna Garachana) y dirigido por un actor (Xavier Ricart) quizás también ha tenido algo a ver…
La obra fluye desde el principio, pero hay que admitir que hacia la parte final se alarga un poco innecesariamente (el discurso de las aletas) y lo cierra todo con un poco de precipitación. Quizás hubiera agradecido algún punto de conflicto más alto, pero no descarto que quizás se habría cargado la naturalidad de la que alardea el montaje… En este sentido, solo hay que aplaudir una propuesta que puede llegar a ser muy comercial, pero sin sacrificar calidad ni coherencia.